D023 Modificar los cánones III.6.5(g)(4), III.8.5(h)(4) y III.10.1.(c)(4) y crear un grupo de trabajo
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de ________________,
Que la 79ª Convención General establezca un Grupo de Trabajo contra el Sexismo para investigar y desarrollar un programa de capacitación con el propósito de abordar el sexismo sistémico dentro de la iglesia y la sociedad en general con las metas de aumentar la conciencia de los prejuicios, eliminar las prácticas de contratación sexistas dentro de la iglesia, e identificar las interseccionalidades de la discriminación a través de múltiples identidades culturales; y, que además
Resuélvase, que el Grupo de Trabajo sea designado y esté compuesto por 3 obispos, 3 sacerdotes, 2 diáconos y 5 laicos, siendo el Obispo Presidente quien designe a los miembros obispos, y el Presidente de la Cámara de Diputados quien designe a los sacerdotes, diáconos y miembros laicos. Al menos la mitad serán mujeres, con al menos una mujer designada para cada una de las órdenes; y, además
Seresuelve que el Grupo de Trabajo complete el desarrollo del programa de formación antes del 31 de diciembre de 2019; y se resuelve además
Que el Grupo de Trabajo presente el programa de formación al Consejo Ejecutivo para su aprobación antes del 31 de diciembre de 2019; y que
Seresuelve que la capacitación, una vez desarrollada y aprobada para su uso, sea requerida por todos los obispos, sacerdotes y diáconos, y por todas las personas laicas elegidas para el liderazgo en la Iglesia Episcopal, incluyendo, pero sin limitarse a ello, el Consejo Ejecutivo, los Comités Permanentes diocesanos, los Consejos diocesanos, las Juntas de Fideicomisarios diocesanas y los organismos similares, cualquiera sea su nombre, los comités diocesanos de búsqueda para la elección de obispos y se aliente su uso por parte de todos los comités de búsqueda de congregaciones; y se resuelve además
Seresuelve que la Convención General solicite que el Comité Permanente Conjunto de Programa, Presupuesto y Finanzas considere una asignación presupuestaria de $60,000 para la implementación de esta resolución; y, se resuelve además
Resuélvase, que el Canon III.6.5(g) sea enmendado para que diga lo siguiente
(g) La preparación para la ordenación incluirá la formación relativa a
(1) la prevención de la mala conducta sexual
(2) los requisitos civiles para la denuncia y las oportunidades pastorales para responder a las pruebas de abuso.
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, particularmente el Título IV de los mismos.
(4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo y el sexismo.
Y sea además,
Resuélvase, que el Canon III.8.5(h), sea enmendado para que diga lo siguiente
(h) La preparación para la ordenación incluirá formación sobre
(1) la prevención de la mala conducta sexual
(2) los requisitos civiles para la denuncia y las oportunidades pastorales para responder a las pruebas de abuso.
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, particularmente el Título IV de los mismos.
(4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo y el sexismo.
Y sea además,
Resuelto, que el Canon III.10.1.(c) sea enmendado para que diga lo siguiente
(c) pruebas de la formación relativa a
(1) la prevención de la mala conducta sexual.
(2) los requisitos civiles para la denuncia y las oportunidades pastorales para responder a las pruebas de abuso.
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, particularmente el Título IV de los mismos.
(4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo y el sexismo.
Y sea además,
Resuélvase, que el Canon III.12.1 sea enmendado para que diga lo siguiente
Sec. 1. Formación
Después de la elección y durante los tres años siguientes a la ordenación, los nuevos Obispos deberán seguir el proceso de formación autorizado por la Cámara de Obispos. Este proceso de formación proporcionará un mentor para cada Obispo recién ordenado. El proceso de formación incluirá la formación sobre
(1) la prevención de la mala conducta sexual.
(2) los requisitos civiles para informar y las oportunidades pastorales para responder a la evidencia de abuso.
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, particularmente el Título IV de los mismos.
(4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo y el sexismo.
Y que además,
Resuélvase que este Grupo de Trabajo informe anualmente al Consejo Ejecutivo y a la 80ª Convención General sobre el estado de la implementación de la formación con recomendaciones para su continuo desarrollo y mejora.
Explicación
El trato equitativo de cualquier ser humano es fundamental para el mandamiento de Dios de amar al prójimo. Sin embargo, los datos sobre la remuneración del clero y los informes anecdóticos de las mujeres de la Iglesia, tanto del clero como de los laicos, demuestran que el sexismo sigue siendo un pecado del que la Iglesia debe arrepentirse. Es fácil sugerir que porque hay mujeres en el clero, con varias como obispos, y una que ha servido como Obispa Presidenta, que nosotros, la iglesia, estamos de alguna manera en una era Post-Sexismo. Como sabemos por argumentos similares con respecto a la raza en la elección del primer Presidente afroamericano de los Estados Unidos y Obispo Presidente, simplemente no es el caso. Los datos del Church Pension Group (CPG) dejan claro que las mujeres del clero todavía se enfrentan a enormes desafíos en lo que respecta a la contratación y la compensación.1 La iglesia debería estar a la vanguardia de la igualdad de oportunidades para todos, pero está lejos de esa marca. Todavía hay algunos lugares en la Iglesia Episcopal en los que las mujeres del clero no tienen ninguna posibilidad de ser contratadas y han tenido dificultades en el proceso de ordenación. A la desigualdad se suma el hecho de que la brecha en la remuneración sigue a las mujeres del clero hasta su jubilación, ya que ésta se basa en la remuneración. Además, las mujeres del clero han denunciado el acoso sexual y la desigualdad en el lugar de trabajo por parte de sus compañeros, de los dirigentes episcopales y de aquellos a los que sirven, los laicos. Estas denuncias reflejan las de la sociedad en la que vivimos, e incluyen tocamientos inapropiados, comentarios despectivos y agresiones directas. Las mujeres del clero han recurrido a grupos privados de Facebook para asegurarse de que sus voces y experiencias puedan ser escuchadas en una comunidad segura y de apoyo. Esa comunidad debería ser la iglesia en general, pero lamentablemente no lo es. La Iglesia debería estar siempre a la vanguardia de la justicia, y la situación y el trato de las mujeres y las niñas debe formar parte de esa misión evangélica. Esta formación requerida es un comienzo en esa dirección - exponiendo el sexismo que ha infectado nuestros corazones y mentes para que podamos cambiarnos a nosotros mismos, y a nuestra iglesia. Al igual que las formaciones contra el racismo han abierto los ojos de muchos en la iglesia, cambiando nuestra cultura de prejuicios, se espera que la formación contra el sexismo haga lo mismo. También sabemos que esto es sólo un paso hacia la justicia, no es una justicia completa. Hay que hacer más. Sin embargo, nunca podremos esperar liberarnos de la tiranía del sexismo y la misoginia, ni ser un ejemplo del amor inclusivo de Dios, si no trabajamos para cambiar nuestra cultura, y por ello debemos empezar por entrenar nuestros ojos, mentes y corazones para reconocer nuestros prejuicios y los de la iglesia.