D009 Principios cristianos para responder a la migración humana

Esta es una traducción inmediata (automática) que será editada para mayor claridad. Las traducciones definitivas se mostrarán aquí tan pronto como estén disponibles.

Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,

Que la 79ª Convención General de la Iglesia Episcopal reconozca que la migración humana siempre ha formado parte de la condición humana, y que la migración humana continuará en el futuro, y probablemente aumentará debido a los efectos del cambio climático en el hábitat humano, recordando el llamamiento de las Escrituras hebreas y cristianas a acoger al extranjero: "Amaréis también al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto" (Deuteronomio 10:19) y "Fui extranjero, y me acogisteis; .... En verdad os digo que cuanto hicisteis al más pequeño de estos miembros de mi familia, a mí me lo hicisteis" (Mateo 25: 35, 40); y sea además

Resuelto, que esta Convención General establezca estos principios para guiar la respuesta de nuestra iglesia a la migración humana en el futuro:

  1. Reconocemos la complejidad de desarrollar políticas de inmigración justas en cualquier país, y reconocemos la necesidad legítima de proteger las fronteras y abordar las amenazas a la seguridad de las naciones soberanas;
  2. Nos comprometemos a que la iglesia aprenda y se comprometa con las cuestiones migratorias como parte del Movimiento de Jesús, elevando las voces y el liderazgo de los propios migrantes en este proceso;
  3. Nos esforzaremos por aprender y abordar las causas fundamentales de la migración y desarrollar soluciones justas con socios anglicanos/episcopales, ecuménicos e interreligiosos;
  4. Reconocemos la conexión entre las políticas de Estados Unidos, y las políticas de otros estados poderosos y ricos, y las causas fundamentales de la migración, incluyendo el cambio climático, los conflictos armados y la interrupción de las economías locales a través de las políticas comerciales globales;
  5. Insistimos en que los Estados Unidos de América y otras naciones poderosas y ricas, y todas las naciones, en la medida de sus posibilidades, contribuyan al reasentamiento y al establecimiento y mantenimiento de una protección humanitaria segura y ordenada para los refugiados, los desplazados internos y otros migrantes que buscan soluciones a largo plazo y seguridad, exigiendo que nuestros gobiernos respeten sus obligaciones legales internacionales y se centren en garantizar la protección humanitaria de los refugiados y la protección de los derechos y la dignidad de todos los migrantes, incluido el principio básico de mantener a las familias unidas;
  6. Insistimos en que todos nuestros gobiernos se esfuercen por crear condiciones, tanto en el país como en el extranjero, en las que las personas no se vean obligadas a emigrar debido a las condiciones económicas, la persecución y la violencia; pero que cuando las personas se vean obligadas a emigrar, nuestros gobiernos aborden estas causas fundamentales de forma integral, sin prejuicios raciales, étnicos o religiosos;
  7. Insistimos en que nuestros gobiernos no devuelvan a los migrantes y refugiados a condiciones inseguras en sus países de origen o en otros países;
  8. Reconocemos los vínculos entre los migrantes en situaciones vulnerables de tránsito y la trata de personas y otros peligros, y trataremos de establecer y mantener rutas sólidas, seguras y ordenadas para el reasentamiento de los refugiados, aportando nuestro propio tesoro y tiempo a este proyecto;
  9. Reconocemos que es probable que los desplazamientos debidos al cambio climático aumenten, y que aunque los refugiados del cambio climático pueden no cumplir con la definición actualmente reconocida del estatus de refugiado, insistimos en que nuestros gobiernos y la comunidad internacional deben comprometerse a desarrollar soluciones de protección a largo plazo para las personas desplazadas por el cambio climático; y sea además

Resuelve que esta Convención General reconozca el proceso que se está llevando a cabo en las Naciones Unidas para establecer un Pacto Mundial sobre los Refugiados,[i] y un Pacto Mundial sobre la Migración, procesos que han incluido la participación del Representante del CET ante las Naciones Unidas y las recomendaciones de la Iniciativa Conjunta de Aprendizaje sobre la Fe y las Comunidades Locales (JLI);[ii] y que además

Resuelve, que esta Convención General inste al Obispo Presidente a que garantice su continua representación y la de la Iglesia Episcopal en las Naciones Unidas y en otras consultas multinacionales con las comunidades religiosas sobre cuestiones relacionadas con los refugiados y los migrantes, junto con la Oficina de la Comunión Anglicana, el Servicio Mundial Luterano y otros asociados en la respuesta a la crisis mundial de los refugiados, y que además

Resuelto, que esta Convención General aliente a todas las congregaciones y diócesis a aprender sobre las complejidades de la migración y a comprometerse a ayudar a los migrantes en la medida de sus posibilidades.