Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,

Que la 79ª Convención General afirme que las centrales eléctricas basadas en combustibles fósiles son la mayor fuente de contaminación por dióxido de carbono en los Estados Unidos y los principales contribuyentes al cambio climático; estas emisiones no sólo amenazan la estabilidad ambiental de nuestro planeta, sino también la salud de los niños pequeños y sus familias, afectando desproporcionadamente a los más pobres entre nosotros; y que además

Resuelto, que la Iglesia vuelva a comprometerse y dirija a la Oficina de Relaciones Gubernamentales y a la Red Episcopal de Políticas Públicas para que se opongan al racismo medioambiental expresado en formas tales como la ubicación de las industrias de extracción, producción y eliminación de residuos donde perjudican desproporcionadamente a los barrios habitados por personas de color y comunidades de bajos ingresos. Y a oponerse a la extracción de carbón, gas, petróleo y uranio y a su posterior transporte, que amenazan la salud y la inviolabilidad de las comunidades y el sustento de las generaciones futuras; especialmente cuando dichas industrias se ubican desproporcionadamente cerca de las comunidades de bajos ingresos y de los barrios habitados por personas de color.