D100 Modificar los títulos IV.1, IV.3 y IV.6
En la investigación realizada por el Grupo de Trabajo de la Cámara de Diputados sobre Acoso y Abuso Sexual, rápidamente quedó claro que un elemento importante en este asunto era el comportamiento incontrolado de algunos laicos dentro de la iglesia, ya sea en un entorno parroquial o empleado en un entorno institucional. Dado que las disposiciones actuales del Título IV sólo se aplican a los clérigos ordenados, en caso de que un líder laico ofenda a un clérigo, la única respuesta hasta ahora ha sido apartar al clérigo -la víctima- de la situación. Esto se ha experimentado como una capa adicional de trauma, y a menudo ha llevado a un mal comportamiento adicional por parte del laico en cuestión. Esta propuesta de revisión hará que tanto los líderes laicos voluntarios como los empleados laicos de las instituciones afiliadas a la Iglesia sean responsables de las mismas normas de comportamiento que el clero, y proporcionará un mecanismo para abordar el mal comportamiento antes de que se agrave. Al mismo tiempo, mantiene la distinción entre el orden clerical y el laico, en lo que respecta a la teología y la obediencia al obispo.
Explicación
En la investigación realizada por el Grupo de Trabajo de la Cámara de Diputados sobre Acoso y Abuso Sexual, rápidamente quedó claro que un elemento importante en este asunto era el comportamiento incontrolado de algunos laicos dentro de la iglesia, ya sea en un entorno parroquial o empleado en un entorno institucional. Dado que las disposiciones actuales del Título IV sólo se aplican a los clérigos ordenados, en caso de que un líder laico ofenda a un clérigo, la única respuesta hasta ahora ha sido apartar al clérigo -la víctima- de la situación. Esto se ha experimentado como una capa adicional de trauma, y a menudo ha llevado a un mal comportamiento adicional por parte del laico en cuestión. Esta propuesta de revisión hará que tanto los líderes laicos voluntarios como los empleados laicos de las instituciones afiliadas a la Iglesia sean responsables de las mismas normas de comportamiento que el clero, y proporcionará un mecanismo para abordar el mal comportamiento antes de que se agrave. Al mismo tiempo, mantiene la distinción entre el orden clerical y el laico, en lo que respecta a la teología y la obediencia al obispo.