A207 Fomentar la misión como parte de la comunidad amada
En nuestro mundo contemporáneo globalmente interconectado, la misión internacional ha evolucionado desde una visión colonial paternalista de la misión a una comprensión de ser enviado a compartir el evangelio del amor de Jesús. La misión se entiende ahora como una relación de compañerismo, de compartir dones, que todas las partes aportan a la relación. Las experiencias misioneras de encuentro con Dios en otros cuya cultura puede ser muy diferente a la nuestra tienen el poder de transformar a las personas y a las comunidades. En palabras de Barbara Brown Taylor, "El trabajo espiritual más difícil del mundo es amar al prójimo como el que se encuentra con el ser humano, no como alguien a quien puedes usar, cambiar, arreglar, ayudar, salvar, inscribir, convencer o controlar, sino simplemente como alguien que puede sacarte de la prisión de ti mismo, si se lo permites" Esta propuesta de resolución anima a las diócesis, congregaciones e individuos a desarrollar relaciones misioneras internacionales de dones compartidos, culto compartido y experiencias compartidas. La intención es que haya una comprensión del trabajo mutuo entre las organizaciones basadas en la fe al trabajar para vivir nuestros votos bautismales. En la preparación e implementación del compromiso misionero, alentamos el uso de los recursos de la Red Misionera Episcopal Global (GEMN), de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo, o de otros recursos diocesanos que puedan estar disponibles.
Explicación
En nuestro mundo contemporáneo globalmente interconectado, la misión internacional ha evolucionado desde una visión colonial paternalista de la misión a una comprensión de ser enviado a compartir el evangelio del amor de Jesús. La misión se entiende ahora como una relación de compañerismo, de compartir dones, que todas las partes aportan a la relación. Las experiencias misioneras de encuentro con Dios en otros cuya cultura puede ser muy diferente a la nuestra tienen el poder de transformar a las personas y a las comunidades. En palabras de Barbara Brown Taylor, "El trabajo espiritual más difícil del mundo es amar al prójimo como el que se encuentra con el ser humano, no como alguien a quien puedes usar, cambiar, arreglar, ayudar, salvar, inscribir, convencer o controlar, sino simplemente como alguien que puede sacarte de la prisión de ti mismo, si se lo permites" Esta propuesta de resolución anima a las diócesis, congregaciones e individuos a desarrollar relaciones misioneras internacionales de dones compartidos, culto compartido y experiencias compartidas. La intención es que haya una comprensión del trabajo mutuo entre las organizaciones basadas en la fe al trabajar para vivir nuestros votos bautismales. En la preparación e implementación del compromiso misionero, alentamos el uso de los recursos de la Red Misionera Episcopal Global (GEMN), de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo, o de otros recursos diocesanos que puedan estar disponibles.