Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,

Que la 79ª Convención General, reconozca y elija confrontar el silencio que permite que existan sistemas de inequidad y violencia en la Iglesia, afirmando que exigir la no divulgación y/u otras disposiciones de confidencialidad en los resultados resultantes de las acciones del Título IV en la iglesia puede causar a las víctimas una segunda herida, que no está de acuerdo con la enseñanza de la iglesia, ni con el Evangelio amoroso y liberador de Jesucristo; y sea además

Resuelto, Que esta convención reconozca que tales disposiciones en los acuerdos civiles con respecto al abuso de cualquier tipo pueden tener un efecto igualmente hiriente en las víctimas, con el mismo fin; y sea además

Resuelto, que esta convención inste a cada una de las diócesis a adoptar políticas con respecto a los resultados del Título IV y los litigios civiles que fomenten la máxima moderación y discreción en las disposiciones de no divulgación y/o confidencialidad, cláusulas de desacreditación o cualquier otra acción o restricción legal que garantice que dichas disposiciones no prohíban a una víctima contar su historia públicamente si así lo desea, para comenzar el proceso de restauración de la dignidad de la vida; y que además

Resuélvase que se alienta a cada diócesis a desarrollar un proceso de reducción de daños para aquellos que ya han sido silenciados por disposiciones de no divulgación y/o confidencialidad, cláusulas de menosprecio o cualquier otra acción o restricción legal, trabajando para asegurar que todos los que han sido silenciados previamente estén protegidos a medida que avanzan; y que además

Resuélvase que la Comisión Permanente sobre Todo Lo Que No Es Liturgia estudie este asunto y descubra la frecuencia y naturaleza del uso de estas disposiciones de confidencialidad, y haga recomendaciones para su uso pastoral apropiado, e informe a la 80ª Convención General.